La entrada al colegio estos días está siendo caótica, entre los que vamos perdidos y los que no saben dónde van se forma un pifostio cada día para entrar que dan ganas de salir por patas.
Estas estampidas al abrir la puerta las he visto en dos sitios, en los Sanfermines y cuando abren las puertas del Palau Sant Jordi y la gente quiere entrar para estar en primera fila.
Y es que en dos horas tienes que entrar, esperar la cola para recoger al niño, intercambiar palabras con la profe, salir, llegar a casa, comer (que coma).. volver, salir y llegar a la hora, con lo que todo es muy a saco.
En ese embudo de 700 padres, madres y abuelos el insensato que abre la puerta de los toros es el conserje, un tío que abre con la calma y se aparta con miedo de torero novato porque si no le pasan por encima.
Des del jueves veo este hombre cada día, 4 veces y 4 veces me saluda con una sonrisa de ganador de lotería.
No puede haber saludo más amable ni más sincero y si hacemos cuentas son 700 alumnos por 4 idas y venidas, así que calcula cuantos saludos da al día.
Si la Leti se quieta el anillo porque le duelen los dedos de saludar, a este hombre le tienen que hacer un monumento.
Yo ya he decidido que cuando acabe el colegio dentro de 9 años le voy a regalar una caja de puros o de vino, para mí ya se lo ha ganado, ahora solo puede perderlo.
Este hombre me ha recordado una historia que me contaron en un curso de emprendimiento.
Dice así…
En el despacho del dueño de una empresa estaban sentadas dos personas que aspiraban a un puesto de trabajo bastante importante.
El jefe de la empresa fue muy claro y directo (la gente que se juega la pasta no pierde el tiempo).
A ver, tenemos un problema, no me decido por ninguno de vosotros dos, sois igual de válidos, tenéis los mismos estudios, tenéis la misma experiencia, pero uno no va a entrar.
Los dos candidatos se miraron, la cosa estaba jodida,
Así que voy a recurrir a la persona más importante de la empresa.
Los candidatos se miraron, pensando quien era más importante que el director de la compañía.
Señorita Marta, haga subir a Manuel.
¿Manuel?
Al cabo de unos minutos sonó la puerta del despacho.
¿Se puede?
Pase pase…
Los dos candidatos fliparon, acababa de entrar un hombre con un traje gris, una gorra y unas llaves colgando de sus pantalones.
Al instante lo reconocieron, el conserje.
Aquello empezaba a ser raro.
Manuel, dijo el dueño de la empresa, estos señores aspiran a director general y a mí me gustan los dos, así que dejo en sus manos la elección, confío en su experiencia ya que cada día ve a cientos de personas.
Los candidatos ya empezaban a buscar la cámara oculta, la azafata con el ramo de rosas y un viaje a Praga.
Ni dos segundos pasaron.
Este señor, sin duda.
¿Por qué Manuel, porque este señor y no el otro?
Muy fácil, porque este caballero cada día que ha venido a realizar entrevistas me ha saludado al entrar y al salir con una sonrisa.
En la vida todos ocupamos puestos importantes, si alguien no abriera la puerta la empresa no funcionaría, si nadie limpiara no se podría trabajar, si alguien no preparara las maquinas no podría funcionar el sistema.
En Ultreia Projects nos gustan las personas por eso no trabajamos con todo el mundo, queremos estar a gusto con quien trabajamos porque vamos a estar un tiempo colaborando juntos para tener la mejor página web o tienda online para tu empresa.
Feliz día