Era el 9 de septiembre de 2019.
Y empezaba así:
«Esta historia me la contó un tipo de estos que te enganchan en una conferencia a la que asistí cómo ponente en temas de emprendimiento.»
El título del correo era:
«Un pueblo del desierto con un alcalde muy cabroncete»
Hoy hace 500 días.
Hoy hace 500 correos.
Lo recibieron 60 personas.
Lo abrieron 12.
500 correos.
Cada día.
Navidades, vacaciones, fines de semana, etc.
500 correos.
Uno tras otro.
Y como mínimo hay una persona que yo sepa que se ha leído los 500 correos.
Es un poco amigo, pero esto lo hace héroe.
¿Vamos con algunas conclusiones?
A mi estos 500 correos me han dado el 25% de la facturación del año pasado.
Y con el producto más caro a 30 euros.
Para según quien es poco.
Para mí es mucho.
Y con 7 infoproductos.
A mi me vale.
Pero no ha sido lo importante, que también.
Lo chulo es haber conseguido hacer una cosa 500 días seguidos.
500 veces seguidas.
Te aseguro que no es nada fácil.
He conseguido mantener un hábito 500 días.
Otra cosa.
Los primeros correos me costaban una hora de crear.
Ahora desde que me pongo hasta que lo he programado pasan una media de 12 minutos.
Mas cosas.
He conseguido fijarme en cosas que antes me pasaban desapercibidas porque necesito una historia al día.
Y de cada detalle de mi día a día puede salir mi mail diario.
Pero lo mejor.
Las respuestas.
Los agradecimientos.
La complicidad.
El llegar.
El saber que mi correo ayuda a mucha gente.
Ya no somos 60, tampoco 20 mil.
Así que solo te puedo dar las gracias, si no fuera por ti esto no tendría sentido.
¿Vamos a por 500 más?
Caen en agosto de 2022.
Te espero.
