Esta semana acaba el cole.
Y le hemos hecho dos regalos a las profes.
Una cesta de frutas y un video de fotos que he montado yo.
Somos 50 familias.
De todo tipo, culturas e ideas.
Y solo tenemos un grupo de WhatsApp.
Hacemos las comunicaciones en catalán y en castellano.
Aunque hay gente de todos los sitios posibles.
Vale.
El WhatsApp era único.
Para todo el mundo.
«Para el lunes cada niño tiene que llevar una fruta al colegio, en la puerta el delegado la cogerá y la meterá en una cesta bonita que se le entregará a la maestra.
Por otra parte, le tenéis que mandar a Ury (a mi) una foto de vuestro niño con un dibujo, el dibujo lo podéis traer junto con la fruta».
Un mensaje.
50 familias.
Empiezo a enumerar lo que he visto con estos ojitos.
4 familias no trajeron nada.
3 familias trajeron dos piezas de fruta.
1 familia dibujó una fruta.
2 familias me entregaron la fruta a mi y pusieron la foto en la cesta de fruta.
1 familia lo entregó por la tarde, otra lo ha entregado hoy.
Y un padre me ha mandado un mensaje ahora comentándome si le vamos a regalar algo a la profe.
¿Sabes lo que pasó?
Que el mensaje no estaba suficientemente adaptado.
Y todo el mundo entendió lo que le salió del bolo.
Porque el mensaje lo redactamos rápido pensando que entendiéndolo nosotros ya bastaba.
Y así se presentó una niña con una cebolla y otra con dos pimientos.
Es importante trabajar el mensaje a tu audiencia para captarla.
Para que entiendan como suscribiese a tu lista y lo que pasará a continuación.
Si les entregarás el regalo o si no.
Si deben confirmar o no.
Y todo esto debe tener una secuencia.
Y aun así te van a traer un ramo de zanahorias.
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Este correo diario lo recibieron mis suscriptores el día 22 de junio de 2021, era el correo diario 649.
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